jueves, 2 de junio de 2011
Sin palabras...
Qué más puedo escribir si te cubrí con todas mis letras para volverme a enamorar de ti...
miércoles, 4 de mayo de 2011
Aguanta corazón
aguanta
como dice la canción
no perdamos sensatez en estos momentos
no dejemos que las circunstancias nos dominen
que el tiempo es corto y lo que toca es disfrutar
dejemos que el viento sople a su manera
ya será el día que el mundo gire a tu favor nuevamente
llegará otra mariposa para posarse en tu hombro
tal vez temporal
como ahora
tal vez permanente
hay más cosas por las que disfrutar
la lluvia impredecible por ejemplo
el sol que sale cuando menos te lo esperas
ese frío que te hiela y te hace querer cobijar a las dos de la tarde
el viento que te levanta la falda y te congela las nalgas
no te ahogues
viernes, 4 de febrero de 2011
martes, 18 de enero de 2011
Siembras futuras
En la luz de la tarde
el invento del día se hace sombra,
la conversación decae
con inicios de tocar tu cuerpo,
por amor a tu tacto de siembras futuras
que mueren en invierno
cuando arden.
Amo tus cenizas más que al fuego,
con la lluvia tardía que te disuelve;
y eres fértil,
mis manos en la tierra te acarician.
Amo tus cenizas porque vuelas
y eres indeseada en la casa de mi sexo
y eres necesaria por la ventana
a solas
donde el encuentro hace sudar las piedras,
magnolia hecha de labios
volvámonos a la pequeña muerte.
Volvámonos mariposas
y el calor nos hará orgasmos alados.
Miguel León-Govea
noviembre, 2011
viernes, 7 de enero de 2011
La manera en que tomas las manos ajenas,
es lo que te nombra,
llegando a las faldas de la agonía, exhausta, dolida,
quieres llegar a la raíz de tu sangre, podrida,
inalterable roca,
déjate en las hojas,
llénate de pan el ombligo,
no llores,
sube a la azotea flores,
rompe un plato con tus rodillas,
camina hasta el punto final de tu horizonte,
haz la cama aunque nunca duermas,
dibuja un punto en tu frente,
llorar,
reir,
mira tu reflejo y desconócete,
toma tus manos,
y escucha tu nombre.
La experiencia de las piedras se pierde con el polvo,
y el viento, lastimoso, se ha vuelto huracán al no escuchar su nombre.
Gabriel Gómez Álvarez.
es lo que te nombra,
llegando a las faldas de la agonía, exhausta, dolida,
quieres llegar a la raíz de tu sangre, podrida,
inalterable roca,
déjate en las hojas,
llénate de pan el ombligo,
no llores,
sube a la azotea flores,
rompe un plato con tus rodillas,
camina hasta el punto final de tu horizonte,
haz la cama aunque nunca duermas,
dibuja un punto en tu frente,
llorar,
reir,
mira tu reflejo y desconócete,
toma tus manos,
y escucha tu nombre.
La experiencia de las piedras se pierde con el polvo,
y el viento, lastimoso, se ha vuelto huracán al no escuchar su nombre.
Gabriel Gómez Álvarez.
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