Cualquier cosa que miro la distingo por sus gritos.
Cualquier avión que pasa lo convierto en gusano
o en el mezcal que me bebí anoche al sobrevolar tu garganta.
Cualquier día me vuelvo a la muerte,
tan incrédulo
y en paso redoblado.
Govea, 2008
viernes, 6 de agosto de 2010
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